La revolución y el fenómeno revolucionario

Por Kristina Pallová

La revolución es un fenómeno que siempre vuelve. Hace más de doscientos años que se terminó la Revolución Francesa con el triunfo de Napoleón y casi veinticinco años desde la Revolución de Terciopelo que terminó el régimen socialista en Checoslovaquia. La revolución es un cambio radical y rápido del sistema político o económico o de la estructura social del estado. Principalmente, los protagonistas de las acciones revolucionarias desean la destrucción del sistema existente para construir un sistema alternativo que sea más igualitario y funcional. Por eso, la revolución se puede entender como un movimiento utopista. También, junto a los cambios políticos, el fenómeno revolucionario tiene el poder de transformar culturas y los valores fundamentales de la sociedad. Siguiendo la teoría de John Milton, es posible decir que la revolución es un medio para obtener la libertad y la fuerza para el progreso de los estados y la humanidad. Aunque las metas de las revoluciones son similares, algunos métodos y logros del proceso han cambiado a lo largo de los siglos. Este trabajo contrasta la Revolución Francesa con la Revolución de Terciopelo y el papel de la violencia en estas revoluciones, y la Primavera Árabe para mostrar el cambio en los métodos de la revolución moderna. Finalmente, este trabajo analiza la importancia del movimiento revolucionario para la sociedad.

En primer lugar, hay que notar que las revoluciones ocurren debido a la tensión social que se acumula en la sociedad y por lo tanto, son resultado del desmoronamiento social. Según la teoría marxista, el movimiento del proletariado (la clase obrera) es el instrumento más importante en el proceso del remodelamiento de la sociedad.[1] Además, los marxistas afirman que los métodos revolucionarios más comunes son las huelgas y manifestaciones, que pueden ser violentas o pacíficas. Aunque las revoluciones generan períodos de violencia y conflictos entre diferentes grupos sociales, a menudo son necesarias para el desarrollo del estado y la sociedad. En general, las revoluciones usan métodos similares para derribar el sistema político y abrir espacio a la justicia y la libertad.

Usando el ejemplo de la Revolución Francesa (1789-1799) se va a demostrar una revolución en que la violencia desempeñó un papel importante.Entre las causas de la Revolución Francesa están la pérdida del apoyo campesino al sistema feudal, una creciente burguesía que permanecía excluida del poder político y las malas cosechas de 1788[2] . El problema radicó en los intentos del régimen en 1787 de extender el pago de tributos a las clases privilegiadas.[3] Por eso, la desigualdad social entre la burguesía y la clase baja había causado una gran tensión social que se combinó con los problemas económicos y políticos. Esta mezcla de causas generó muchos casos de violencia durante la Revolución Francesa. Se debe señalar que aparte de las luchas y manifestaciones, también existían otros casos de violencia. Por ejemplo, el político “incorruptible“, Maximilien Robespierre, dirigió el régimen de terror entre los años 1793 y 1794 que fue un período de brutal represión hacia los revolucionarios. Esto acabó la vida de muchos inocentes. No obstante, a pesar de las luchas y el régimen de terror, la Revolución Francesa avanzó el desarrollo político europeo e internacional. Gracias a la Constitución de 1793, este período ha cambiado los derechos del hombre y del ciudadano.

Sin embargo, no todas las revoluciones son de larga duración y usan tanta violencia militar como la Revolución Francesa. El siguiente ejemplo de la Revolución de Terciopelo muestra que la violencia no es siempre necesaria para lograr las metas deseadas. La Revolución de Terciopelo (1989) fue un movimiento pacífico, de resistencia civil contra el régimen comunista de Checoslovaquia. Para entender las causas del movimiento, es necesario mencionar el manifiesto “Charta 77”, publicado por un grupo de intelectuales en 1977 que expresaban su disidencia frente al régimen. Estos artistas habían inspirado al pueblo a movilizarse contra el gobierno y por eso, los creadores de este manifiesto fueron los protagonistas principales de la revolución. La Revolución fue una secuencia de manifestaciones pacíficas y protestas públicas expresadas de formas diferentes. Empezó con la manifestación de los estudiantes el 17 de noviembre de 1989, quienes protestaron contra el régimen político del estado y marcharon por un cambio del sistema político. Aquella noche, la policía atacó a los estudiantes de la protesta, lo cual causó más manifestaciones. No obstante, los hechos ocurridos aquel día unieron a la gente y a lo largo de tres días, hubo manifestaciones y huelgas en edificios públicos por casi todo el país. Los símbolos de la revolución eran el sonido de las llaves que representaba el fin del partido comunista y al dramaturgo Václav Havel, uno de los autores de “Charta 77” y el siguente presidente. Hay que notar que las revoluciones deben tener un líder poderoso a quien la gente siga. A algunos científicos les parece que las revoluciones del pasado como la Revolución Francesa, han favorecido a la burguesía simplemente porque ellos pudieron encargarse de la situación en un momento crítico. Según Larsson, las personas que eran líderes del movimiento revolucionario, como Napoleon, fueron también las personas que cosecharon el fruto de la victoria[4]. Cuando Václav Havel se convirtió el primer presidente de la República Checa, él era un altruista y usó su poder político para luchar por los derechos humanos y la democracia. Es obvio que esta revolución no violenta logró muchos cambios importantes para los ciudadanos de Checoslovaquia. Por ejemplo, empezó un gran movimiento nacionalista que se traduciría en la independencia de la República Checa y república Eslovaca en el año 1993. Así mismo, la política de la región evolucionó significativamente. Entonces, aunque las metas y las causas de las revoluciones pueden ser similares, no es necesario usar violencia militar para tener una revolución exitosa. Lo que es lo más importante es el movimiento del pueblo y la resistencia civil unida por una visión de progreso social, político o económico.

No hay duda que los métodos han cambiado a lo largo de los siglos. Aunque las manifestaciones y huelgas todavía son los métodos más prominentes, el papel del Internet y los medios sociales tienen también gran importancia. Tomando el caso de la Primavera Árabe de 2011, es importante señalar que el Internet y sus instrumentos fueron de gran importancia en el levantamiento contra el régimen de Mubarak en Egipto. El Internet y los medios sociales como Facebook, Twitter y YouTube han ayudado a los activistas en la coordinación de las marchas contra el gobierno, para informar al pueblo y para documentar los hechos más importantes[5]. Por eso, algunos científicos afirman que el papel de los medios sociales es el de facilitar la movilización política del pueblo hacia la democracia[6]. No hay duda que la oleada de las noticias sobre el progreso de la revolución funciona para unir a la gente en el nivel regional y mundial.

Como nota final, las revoluciones son movimientos utopistas que tienen la fuerza para unir al pueblo, pero también pueden generar períodos de violencia y de gran inestabilidad. Estaría bien si los procesos revolucionarios fueran dirigidos por los líderes más altruistas y usaran menos violencia. También es importante mencionar que el papel de los medios sociales está creciendo y da más poder e información al pueblo; poder que históricamente ha quedado en las manos de las autoridades. De todos modos, los resultados de las revoluciones son innegables, como los cambios del sistema político y de la estructura social.

Bibliografía

Larsson, Reidar. Theories of Revolution: From Marx to the First Russian Revolution. Stockholm: Almqvist & Wiksell, 1970. Print.
“revolución.” Enciclopedia Moderna. Encyclopædia Britannica, 2013. Web. 9 octubre 2013<http://moderna.eb.com/ee/article-9426674>.
“Revolución francesa.” Enciclopedia Moderna. Encyclopædia Britannica, 2013. Web. 9 octubre 2013<http://moderna.eb.com/ee/article-9426684>.
Manrique, Manuel y Mikail, Barah. „El papel de los nuevos medios y las tecnologías de la comunicación en las transiciones árabes“ en FRIDE: No. 69, diciembre 2011 . Web. 9 octubre 2013 <http://www.fride.org/download/PB_69_nuevas_tecnologias.pdf>
Bahida, Houssine Majdoubi. „El papel de las televisiones por satélite e internet: Las revoluciones democráticas en el mundo árabe“ en Infoamérica 2011. Web.9 octubre 2013 <http://www.infoamerica.org/icr/n05/majdoubi.pdf>

 Notas

[1] Larsson, Reidar. Theories of Revolution: From Marx to the First Russian Revolution. p. 14

[2] “revolución.” Enciclopedia Moderna. Encyclopædia Britannica, 2013. Web. 9 octubre 2013<http://moderna.eb.com/ee/article-9426674>.

[3] “Revolución francesa.” Enciclopedia Moderna. Encyclopædia Britannica, 2013. Web. 9 octubre 2013<http://moderna.eb.com/ee/article-9426684>.

[4] Larsson, Reidar. Theories of Revolution: From Marx to the First Russian Revolution. p. 18

[5]Manrique, Manuel y Mikail, Barah. „El papel de los nuevos medios y las tecnologías de la comunicación en las transiciones árabes“ en FRIDE: No. 69, Diciembre 2011 <http://www.fride.org/download/PB_69_nuevas_tecnologias.pdf>

[6]Bahida, Houssine Majdoubi. „El papel de las televisiones por satélite e internet: Las revoluciones democráticas en el mundo árabe“ en Infoamérica 2011. p. 5

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