Lo puedes ver aquí.

Para mí, crear un e-portafolio ha sido útil en que puedo ver ejemplos diferentes de lo que he hecho en un período de tiempo y pensar en qué he aprendido en un panorama más general. Puedo también reflexionar en qué puedo hacer mejor, cuáles son mis tendencias y patrones de crear una actividad, y cómo puedo seguir pensando en una actividad en el futuro. Tendría mucho sentido ver el mismo proceso como provechoso para estudiantes; pueden ver su crecimiento a lo largo de un año escolar, o durante un período aún más largo con la colaboración de un grupo de profesores. Me siento orgullosa de mis proyectos, y me imagino que los estudiantes de mis clases se sentirían igual.

De niña, como todos los niños, yo amaba la curiosidad y el aprendizaje sin reconocerlos; el primer encuentro con cualquier concepto, objeto o idea revelaba miles de preguntas, conexiones, y crecimiento en mi mente. En particular, estar en la clase de lenguas me permitía viajar a multiples lados nuevos del mundo para experimentar maneras nuevas y diferentes de saludarse, comer, cantar, y vivir. Hambriente de curiosidad en mis clases de español y francés, yo comparaba los platos típicos de Guatemala y la Argentina; escuchaba y descifraba las canciones folclóricas de Violeta Parra así como la música rap de Calle 13; notaba las diferencias léxicas entre el francés de Francia y lo de Sénégal en las conversaciones cotidianas que oía.

Hoy, yo realizo y trato de tener en mente esta misma curiosidad “de niño” por el entorno que puede permanecer en un ambiente de L2. Cuando uno enseña una lengua, todo puede ser una lección posible si se lo presenta por una lente apropriada—para los principiantes, la manzana amarilla en el escritorio puede ser una conversación sobre qué frutas les gustan, y qué frutas distintas se comen a menudo en Latinoamérica, y para los avanzados un debate sobre la comida local y la globalización de agricultura en Europa y los Estados Unidos. Hay infinitos recursos posibles en una clase de lengua si uno puede pensar creativamente, y en mis mejores días yo trato de hacer eso en todas formas posibles. Dado que vivimos en una sociedad rodeada de conexión constante y comunicación contínua con la tecnología, siempre busco maneras de inspirar a ciudadanos globales de ver, apreciar y no temer la diversidad que hay en el mundo.

Por eso, cuando pienso en mi filosofía profesional, pienso en dos claves que me imponen a siempre mejorar: la comunicación y la competencia cultural para el aprendizaje mútuo (de la parte de los alumnos y de mi parte). Exijo que mis alumnos intenten conversar, hablar, reírse, y comprender en situaciones realistas (inventadas en clase con la esperanza de que un día sea real). Quiero que estén presentes y curiosos en nuestro espacio seguro de clase. Deben arriesgarse, experimentar con su improvisación y su confianza con la lengua (con críticas cuando sea necesario) para mejorar. Hago que compartan sus perspectivas diversas y sus pasiones y culturas. Para mí, la clase de L2 no puede ser un espacio aparte, lejos de las vidas reales de los miembros de la clase. Hay que observar, compartir y comparar nuestras multiples identidades interseccionales para poder apreciar y comprender la cultura a un nivel más profundo.

Lo puedes ver aquí.

Puedes verla aquí.

Puedes ver la infografía más grande aquí

Encontré una infografía para usuarios básicos (A1) de español.  Se supone que es material auténtica, dada la señal al final, “Ayuntamiento de Lebrija,” aunque la encontré en un sitio auténtico.
Es una práctica de lectura que podría ser escrita o hablada. Me gustaría pedir que mis estudiantes identifiquen los alimentos con sus colores apropiados (práctica de vocabulario y de concordancia). Es una actividad interpretativa que podría imaginar fácilmente como primera parte de un Integrated Performance Assessment (IPA) sobre la comida. Se podría también destacar una conversación sobre lo que leyeron después, que sería una actividad interpersonal, según ACTFL.
Creo que el diseño gráfico podría ser más claro, pero según mucho de lo que hemos discutido en clase, lo visual es más importante para los niveles más básicos de todos modos. En cuanto a los contenidos descritos por Arrate, esta infografía podría servirles a los estudiantes muy bien a finales de una unidad sobre la comida, pero yo tendría que construir pre-actividades apropiadas para hacerles pensar, actividades que les hacen comprender más el contenido, y pos-actividades para resumir lo que han aprendido (tal vez algo en forma de presentación y colaboración, para practicar los 3 modos de comunicación de ACTFL).

Mi infografía es parte de una presentación powerpoint que normalmente doy a mis estudiantes durante una unidad sobre leyendas, historia y cultura indígena de México y Centroamérica. Es una reseña muy breve sobre qué era el imperio azteca y quiénes son los descendientes hoy. También hay una reseña con una pregunta sobre algunos dioses aztecas, que son personajes en varias leyendas que leemos en la unidad. Dado la brevedad de la infografía, la recomendaría para una clase de nivel novato alto o intermedio bajo. No me parece un híbrido “harmonico” entre texto e imagen como discutimos en clase; no obstante, me siento agradecida de poder reflexionar en contenido que había puesto en un powerpoint en el pasado de nuevo en otro contexto. ¡Es mucho más fácil entender una infografía que crear una! Puedes verla en completo aquí.