Indira Choudry (Nivel 1)
Aprender español era como entrar en un mundo nuevo para mí.
Estoy un estudiante de nivel uno, pero en realidad yo vine como nivel cero! No tenía ni idea de qué esperar. Pronto comprendí de que hay dos culturas en la escuela de español en Middlebury de Mills.
La primera cultura es inmediata e inesperada. Puede ser aterradora también. Aprender un nuevo idioma por inmersión puede ser como descubrir un nuevo país dónde tu estás un forastero perpetuo. Y lo peor de todo es que puede llegar a ser un extraño para sí mismo.
Sin embargo, hay otra cultura aquí. Esta cultura consiste en cocinar, jugar al fútbol (¡no yo!), el teatro, el arte y ver películas. Hay algo para todos. Hay conferencias y excursiones. Comemos, dormimos, jugamos y, sobre todo, hablamos juntos. Poco a poco tu comprendes éstas no son dos culturas pero uno.
Y es esta cultura – de la amistad y el apoyo de sus profesores y compañeros que le ayuda a aprender y entender un nuevo idioma como un principiante absoluto.
Tengo que admitir ahora yo era resistente a la inmersión. Pensé que podría aprender un idioma nuevo en un libro por mí mismo en mi cuarto – solo. Yo estaba equivocado!
Aprendí acerca de las personas y lugares, algunos familiares y otros no. Aprendí sobre el idioma de una manera nueva – por estar dentro de él. Poco a poco, tu encuentras tu voz otra vez y las palabras siguen. Te das cuenta de que esta cultura de la inmersión (ambos la cultura y el idioma) es necesaria no sólo para hablar español, pero al hacerse menos de un extraño en este nuevo mundo.
Aquí hay una pequeña parte de mi viaje:
Semana Uno: Emoción y la rápida progresión.
Semana Tres: Frustración. El camino está bloqueado pero hay fiestas y murales. Erika, mi profesora me dice que Gael García Bernal es su novio. Pensé el era mi esposo! (¡Ajá Gael – espera hasta que puedo hablar más español!)
Semana Cuatro: Traté de leer Cien Años de Soledad. Comprendí cien años es necesario (pero yo di Roberto y Adrianna una sonrisa.)
Semana Cinco: Yo era una mujer al borde de un ataque de nervios.
Semana Siete: Me doy cuenta de mi viaje al nuevo mundo se ha hecho más que empezar.
En realidad, la inmersión en siete semanas es duro, exigente, pero estimulante – si se lo permites. Se trata de un maratón que lo obliga a dormir, comer y relajarse para que pueda seguir adelante. Ha habido muchos momentos favoritos y triunfos personales. Aquí algunos:
1. Pintando en un taller de arte, no hablando español, pero pensando en español cuando me miró a los colores.
2. Caribe, clase de cocina con Gemma (Nivel Tres!) y Margarita. Comprendiendo y teniendo una conversación con ellos.
3. Bailando mal con mis profesores y amigos, pero hablando español con una comunidad española real. Mirando a mi alrededor y sintiendo que yo no era un extraño en un mundo desconocido.
Mi padre encabezó un movimiento de el idioma hace mucho tiempo, luchando por el derecho del pueblo a poseer su propia lengua en contra de un colonizador. Insistió que yo mantengo mi lengua materna, cuando yo no entendía por qué era importante – pero ahora aprendiendo español, entiendo un poco de suya lucha.
Hay algunas palabras y frases ahora: ‘Bastante’, ‘Claro’, ‘Sí pero no…’, ¡Yo SE! (Richelle!) que entiendo sólo a causa de toda mi experiencia y las personas que viajaban conmigo. Gracias.
Ven a entrar en el nuevo mundo.