Cartiér Gwin (Nivel 3)
¡El taller de música ha empezado, y estoy muy emocionada! Al principio me inscribí en la clase porque me encanta la música. Esa es una razón suficiente para asistir, ¿no? Tenía la idea que podía contribuir de alguna manera útil. Pensé, “ya que soy una escritora, voy a escribir una canción para que mis compañeros la canten.” Mis sentimientos se basaron en el pasado interesante que la música y yo tenemos. Yo bailaba en numerosas obras de teatro de Navidad y otros programas de niña. Oh, sí. He tenido que bailar con trajes increíbles. Durante por lo menos un momento en mi vida, he sido un reno, una parca, y una jamaicana. Yo tomaba lecciones de piano cuando era muy joven y más tarde olvidé la mayor parte de lo que había aprendido. Me uní a un equipo de pasos por un tiempo breve. Una vez me abuchearon y tuve que abandonar el escenario durante un concurso de talento por mi interpretación de una canción lenta. No te preocupes… no fue mi idea. Mi mejor amigo que era un productor de música, y mi ex novio era un pianista.
Uno podría pensar que si el don de la música no se ha encontrado dentro de mí hasta ahora, dejaría de intentar. Sin embargo, he ido a dos sesiones hasta ahora, y he participado más de lo que esperaba. Traté de darle a Hugo, nuestro profesor de música, mi renuncia. Entonces Hugo me ofreció lo impensable. Me sugirió el reto de cantar “La Llorona.” Es una canción hermosa, llena de patrimonio y folclore. Al principio me preocupaba mucho que me faltaban las habilidades vocales para cantarla, pero después de escuchar la versión rica e inteligente cantada por Chavela Vargas, tuve un poco más confianza. Su interpretación de “La Llorona” es sobre el tributo, el dolor, la tristeza. Eso es lo que se oye en su voz. Con suerte, puedo encontrar una conexión con esta obra de arte para transmitir una historia sincera que se ha cantado en numerosas ocasiones por personas conocidas y desconocidas.