La vida diaria en Mills

Jemma Pinkerton (Nivel 3)

Cuando leí que el alojamiento sería un dormitorio en una residencia estudiantil, me puse un poco nerviosa. Nunca he asistido a una universidad con una cafetería o vivido en una residencia con baños compartidos por muchas personas. Sin embargo, estuve bastante sorprendida cuando llegué a Mills.

Primero, las habitaciones son individuales y cuentan con un lavabo, una cama, un escritorio y un armario. Es un tamaño bueno, no es necesario preocuparse por ningún compañero de cuarto, y se puede ir y venir con facilidad.

Segundo, aunque los baños son compartidos, no hay ninguna incomodidad. Hay suficientes duchas e inodoros. Es raro que haya más de dos personas que usen las duchas al mismo tiempo. Además, cada mañana, una empleada las limpia.

Tercero, no es necesario preocuparse por la comida. Hay tres comidas lunes a viernes, y dos los sábados y los domingos. Hay muchísimos opciones para las personas con dietas especiales, y hay alimentos saludables. Las cocineras tratan de cambiar el menú cada día, y ellos más o menos lo logran. Además, la residencia tiene unas cocinas equipadas, de modo que se puede cocinar y guardar comida. Es fácil salir por comida o comer afuera.

Es bueno que haya tanta libertad aquí en Mills.

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